Ello implicaría que las autoridades estadounidenses podrían congelar los ingresos y la publicidad en sitios web, obligar a las herramientas de búsqueda desaparecer estas páginas web de sus resultados e incluso solicitar a los proveedores de Internet que blooqueen el acceso a tales dominios.
Pese a que se trata de una legislación estadounidense contra la piratería online, de retomarse su debate y aprovarse, tendría efectos en el resto del mundo, toda vez que Internet es una red globalizada; por lo que toca a nuestro país afectaría directamente. Los opositores argumentan que la ley infringe los derechos de la Primera Enmienda, que es censura en Internet y será una amenaza para la denuncia de irregularidades y otras muestras de libertad de expresión.
Voces calificadas consideran que de aprobarse esta ley, el sentido original con el que se había creado Internet se vería desvirtuado, ya que se estaría perdiendo el derecho al acceso a la información, a la cultura y a la interconexión de usuarios y citan como por ejemplos de ello:
- Las redes de navegación anónimas se volverían ilegales .
- Toda comunicación podría ser oficialmente espíada para poder determinar si incumple (o no) la ley.
- Aquellos sitios donde se incentiva el contenido generado por el usuario se verían imposibilitados para operar porque sería sumamente impráctico vigilar cada cosa publicada con el miedo de recibir una demanda desproporcionada pues la ley no distingue entre proveedor o usuario en estos casos.